Esta anécdota la contó un viejito que trabaja conmigo. A su vez, esta historia se la contó su padre (q.e.p.d.)
El hecho se desarrolló en la Casa del maestro -primera escuela primaria del pueblo- Este maestro se quedaba solo en esa casa los fines de semana, porque sus compañeros volvían a sus respectivas ciudades a ver a su familia. Los maestros no eran originarios de esa localidad y por eso se iban sábados y domingos. El maestro le contó al padre del viejito que por la noche mientras ya dormía, escuchó un aleteo fuerte que lo despertó. Y como el sonido no cesaba, se levantó y encendió una vela. En esa época la comunidad no tenía energía eléctrica. Y lo que vio lo asustó tanto que salió corriendo en medio de la noche. Describió ver a un ente grande muy parecido a una gárgola, que agitaba sus alas incesantemente. Era de color gris y sus ojos se miraban rojos.
Después el maestro ya no quiso volverse a quedar en esa casa y pidió posada a una familia del pueblo.
Pero ese evento no solo le pasó a él, tiempo después, otros maestros que se hospedaban en esa casa, relataron vivir experiencias parecidas. Solo que esta vez describieron haber visto a un zopilote enorme y con grandes alas.
Se quedaban ahí por necesidad pero obviamente no duraban mucho viviendo en esa casa hecha de adobe, piedra y barro.